Una visión actual de la enseñanza-aprendizaje a distancia.
1. Resumen
2. Comunicación en educación
3. ¿Qué entendemos por canal?
4. La convergencia de canales: Creación de redes educativas
5. Interacción a través de redes de canales
6. El aprendizaje a través de redes multicanal
7. Bibliografía
Los nuevos avances en el campo de la telemática están cambiando radicalmente los modelos de actuación de la Educación a Distancia. La posibilidad que ofrecen estos medios de generar espacios interconectados a través de los cuales los sujetos pueden establecer una comunicación bidireccional incluso en tiempo real, han supuesto un giro en las estructuras de las instituciones que se encargan de impartir esta modalidad educativa. Estas instituciones serán concebidas como entidades depositarias hacia donde se deben desplazar, por medio de distintos canales, los sujetos que la integran. De esta manera, se crearán redes interactivas de aprendizaje multicanal que posibilitarán una construcción más rica del conocimiento tanto a nivel autónomo como compartido.
1. Comunicación en educación
El antiguo planteamiento de la Educación a Distancia (EAD) basado en la concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje como una actividad lineal centrada en la transmisión unidireccional de conocimientos, se ha ido superando hacia formas más interactivas de comunicación bidireccional.
Los anteriores métodos de aprendizaje a distancia basados en la transmisión de contenidos a través de manuales, vídeos o casettes sugerían la idea de que “lo importante y necesario es hacerse con unos conocimientos prefabricados, exactamente delimitados y envasados en estas propuestas” (Fainholc, B. 1992, p. 32). Este modo de hacer educativo, que consideraba al alumno como un mero receptor del aprendizaje, acrecentaba las distancias entre el propio alumno y el profesor, y por tanto “perdía su razón de ser educativo, en tanto en cuanto entendemos que para que haya educación debe existir comunicación completa, de doble vía, con el pertinente feedback entre docente y discente” (García Aretio, 2001, p. 35).
Por el contrario, los actuales enfoques de enseñanza a distancia incorporan la bidireccionalidad como una seña de identidad de sus planteamientos educativos. Este hecho permite disminuir la distancia entre los protagonistas del proceso educativo al permitírsele:
· Interaccionar con el propio material de aprendizaje estableciendo una comunicación didáctica, guiada por los mismos materiales interactivos del curso.
· Interaccionar con los profesores, diseñadores e incluso con los propios compañeros, en aras de una optimización del hacer educativo.
·
Llegados a este punto cabe plantearse: ¿qué hace posible este acercamiento entre docente-discente que permite además un nuevo modelo de comunicación educativa? Garrison (1987) introduce un nuevo elemento que trata de analizar la distancia que existe entre profesor y alumno: el control. Para este autor el control se compone de poder, independencia y soporte. Por independencia entienden la libertad para elegir el cuándo, cómo y dónde de su aprendizaje. Poder es la capacidad de asumir la responsabilidad del aprendizaje, mientras que soporte es la ayuda que recibe el alumno (a través del profesor y los compañeros) para la adquisición de los conocimientos, haciendo uso de múltiples medios de comunicación.
Si nos fijamos detenidamente en los elementos que presenta este autor como cruciales para establecer una adecuada comunicación y acercamiento profesor-alumno podemos colegir que:
· Independencia y poder son elementos intrínsecos a la propia persona que aprende.
· El soporte o ayuda es un elemento extrínseco e imprescindible para la persona que aprende, de ahí que la mayor o menor atención a los mismos pueda generar mayores cotas de optimización educativa.
Los anteriores métodos de aprendizaje a distancia basados en la transmisión de contenidos a través de manuales, vídeos o casettes sugerían la idea de que “lo importante y necesario es hacerse con unos conocimientos prefabricados, exactamente delimitados y envasados en estas propuestas” (Fainholc, B. 1992, p. 32). Este modo de hacer educativo, que consideraba al alumno como un mero receptor del aprendizaje, acrecentaba las distancias entre el propio alumno y el profesor, y por tanto “perdía su razón de ser educativo, en tanto en cuanto entendemos que para que haya educación debe existir comunicación completa, de doble vía, con el pertinente feedback entre docente y discente” (García Aretio, 2001, p. 35).
Por el contrario, los actuales enfoques de enseñanza a distancia incorporan la bidireccionalidad como una seña de identidad de sus planteamientos educativos. Este hecho permite disminuir la distancia entre los protagonistas del proceso educativo al permitírsele:
· Interaccionar con el propio material de aprendizaje estableciendo una comunicación didáctica, guiada por los mismos materiales interactivos del curso.
· Interaccionar con los profesores, diseñadores e incluso con los propios compañeros, en aras de una optimización del hacer educativo.
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Llegados a este punto cabe plantearse: ¿qué hace posible este acercamiento entre docente-discente que permite además un nuevo modelo de comunicación educativa? Garrison (1987) introduce un nuevo elemento que trata de analizar la distancia que existe entre profesor y alumno: el control. Para este autor el control se compone de poder, independencia y soporte. Por independencia entienden la libertad para elegir el cuándo, cómo y dónde de su aprendizaje. Poder es la capacidad de asumir la responsabilidad del aprendizaje, mientras que soporte es la ayuda que recibe el alumno (a través del profesor y los compañeros) para la adquisición de los conocimientos, haciendo uso de múltiples medios de comunicación.
Si nos fijamos detenidamente en los elementos que presenta este autor como cruciales para establecer una adecuada comunicación y acercamiento profesor-alumno podemos colegir que:
· Independencia y poder son elementos intrínsecos a la propia persona que aprende.
· El soporte o ayuda es un elemento extrínseco e imprescindible para la persona que aprende, de ahí que la mayor o menor atención a los mismos pueda generar mayores cotas de optimización educativa.
En suma, los actuales movimientos educativos fundamentados en metodologías de enseñanza a distancia deben beneficiarse de los distintos avances o soporte que ofrecen las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) para establecer una adecuada comunicación bidireccional entre la persona que tiene la autonomía y el poder de aprender, y la ayuda que pueda ofrecer el docente. Pero...¿qué es lo que posibilita este intercambio entre ambos? La respuesta a esta pregunta podría ser otra pregunta: ¿cuál es el soporte a través del cual es posible una comunicación bidireccional?
Desde nuestra percepción, el soporte que permite un adecuado aprendizaje a través de la interacción de doble vía profesor-alumno, serán los nuevos canales de información y comunicación. En esta nueva modalidad de enseñanza-aprendizaje, soportada por la potencialidad comunicativa de estos medios técnicos, centraremos nuestra exposición en la defensa de una nueva concepción de aprendizaje: aprendizaje multicanal, aduciendo que se trata de un modelo que posibilita el diálogo y que optimiza los presupuestos de la EAD tradicional.
2. ¿Qué entendemos por canal?
No podemos defender nuestra tesis, basada en la utilización de múltiples canales para la optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia, sin antes dejar claro qué entendemos por canal.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, canal es el “cauce artificial por donde se conduce el agua para darle salida a diversos usos”. A pesar de ser esta definición un tanto genérica podemos extraer que “el término canal puede ser interpretado como elementos, naturales o artificiales que unen a los órganos emisores o receptores” (Cabero, 1995, p12).
De esta interpretación que hace Cabero sobre la definición de canal podemos seguir aduciendo que los canales se pueden entender como los órganos físicos, que emiten o reciben las señales en un proceso de comunicación, a lo que Moles añadiría, “tanto si lo hace a través del espacio (transmisión), como si lo hace en el tiempo (grabación) o simultáneamente en los dos” (1976, p. 17)
Lo que queda claro es que el canal es el medio (material en este caso) a través del cual un emisor- codificador emite un mensaje a un receptor que lo decodifica en un tiempo y lugar distintos, pudiendo éste elegir el canal para emitir su respuesta o feedback.
Pero, el canal elegido para emitir un feedback genera también limitaciones que pueden dificultar el proceso de interacción, tan necesario en educación. Estas limitaciones derivan de:
· Las condiciones técnicas del canal, que restringen la cantidad y calidad de la señal o código.
· La dificultad para emitir al mismo tiempo un feedback que puede ser útil para varias personas.
La irrupción de las NTIC en el ámbito de la educación ha permitido superar estas limitaciones. Si atendemos a los últimos avances tecnológicos en materia de transmisión de información (banda ancha, transmisión vía satélite...) podemos ver que prácticamente no existen límites para la transmisión de datos con cualquier tipo de matiz, lo que aporta una solución meridiana a la primera de las limitaciones.
Para dar solución a la segunda de las limitaciones, actualmente se vienen realizando experiencias de aprendizaje basadas en la transmisión vía satélite o incluso se especula con la creación de experiencias educativas colectivas a través de las nuevas generaciones de móviles (UMTS). A pesar de estos intentos sigue siendo Internet el medio más efectivo y versátil por las posibilidades que ofrece para la integración de canales (correo electrónico, teleconferencia...) y la creación de redes de aprendizaje que hacen posible una comunicación síncrona entre los sujetos activos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
3. La convergencia de canales: Creación de redes educativas
La aparición de nuevas redes de canales ha supuesto un giro importante en la transformación del espacio y el tiempo. La distancia entre emisor y receptor, que en su día fueron un importante escollo para la EAD se convierte en una variable que carece de valor si tenemos en cuenta que la comunicación a través de estas redes se produce en “un mismo espacio abstracto de adquisición de información del cual surge la información y se recibe la información” (Mac Fadden, 1994, p. 340)
Ante esta nueva situación, basada en la transmisión de información a través de redes, la EAD la conformarían alumnos de dos categorías, según Pérez Martínez (1994):
· Autoestudiantes en el que no existe contacto en el tiempo real con el profesor.
· Teleestudiantes que establecen una comunicación directa entre profesor y alumnos en el momento en el que se está produciendo el proceso educativo.
Por tanto, la interacción en tiempo real propiciada por la creación de redes de aprendizaje aparece como el elemento diferenciador entre un aprendizaje a distancia que podríamos denominar tradicional y un teleaprendizaje. Este teleaprendizaje se caracteriza por la utilización de medios técnicos que hacen posible la transmisión de códigos educativos en dos direcciones:
· Vertical: de profesores a alumnos y viceversa.
· Horizontal: de profesores a profesores, de alumnos a alumnos, de profesores con diseñadores del curso...
·
De esta manera, la institución u organización encargada de suministrar información a los sujetos que forman parte de la misma se convierte en un centro depositario hacia el cual es posible desplazarse por distintos canales (correo electrónico, Computer Integration Telephone, foros, chat...), integrados en un mismo medio, Internet, generando de esta forma lo que podemos llamar nuevas redes de aprendizaje multicanal.
4. Interacción a través de redes de canales
La información concentrada en las entidades depositarias a las que antes hacíamos referencia nos permiten concebir una nueva educación basada en redes de comunicación por canales que “permiten la interactividad continua y permanente entre los usuarios con acceso a ellas, eliminando las barreras espacio temporales, haciendo posible la disposición de múltiples profesores para múltiples alumnos, la comunicación entre los propios alumnos, la creación de entornos de aprendizaje diversos...” (Cabero, 1995, p.71).
Al hilo de este supuesto, el mismo autor argumenta que en esta modalidad educativa considerada como un proceso tecnológico mediado por múltiples canales, han de apreciarse dos tipos de interacción:
· Interactividad cognitiva: permite la comunicación bidireccional entre personas que confluyen en un mismo espacio educativo.
· Interactividad instrumental: permite la interacción del estudiante con el sistema.
Es decir, la potencialidad educativa soportada por la educación basada en redes de canales de comunicación encuentra su argumento principal en la supresión de una comunicación unidireccional para orientar la educación hacia cotas bastante más altas de interacción entre profesores y tutores a través de un diálogo (García Aretio, 2001):
· Real: mediante el cual los estudiantes pueden responder a las preguntas realizadas por el profesor, o bien ser ellos los que inicien la conversación, realizando sugerencias sobre el diseño del curso, la estructura de los materiales...
· Simulado: mediante (según denominaba Holmberg) una conversación didáctica guiada propiciada por los propios materiales de aprendizaje y el alumno.
5. El aprendizaje a través de redes multicanal
La posibilidad que ofrecen las redes de ubicar en su entorno una variedad considerable de canales, ofrece al alumno grandes oportunidades de aprendizaje desde dos puntos de vista: intersubjetivo y del conocimiento común o aprendizaje compartido. (Crook, 1998):
· Intersubjetividad
La instrucción mediada por materiales cuya base instruccional descansa en una conversación simulada con el alumno, permiten a éste interactuar con los mismos logrando una construcción activa de su conocimiento. El potencial de las nuevas tecnologías, que permiten integrar vídeo, sonido e incluso aplicaciones para la comunicación entre alumnos, hacen cada vez más factible acercarnos a la idea del constructivismo como principio rector de los procesos de enseñanza-aprendizaje multicanal. Esta afirmación hunde sus raíces en el hecho de que a través de los canales antes mencionados podemos aproximar experiencias interactivas lo más cercanas al entorno del sujeto a través de las cuales podrá abstraer los conocimientos en una reflexión íntima sobre las consecuencias de su acción.
Conocimiento común o aprendizaje compartido
Hasta aquí ha quedado claro que la diversidad de canales de información a través de la red pueden proporcionan al alumno los códigos suficientes para conformar un cuerpo de conocimientos que le ayuden a desenvolverse en su vida diaria. Pero... hablar de un proceso de aprendizaje autónomo centrado en el alumno desvía inevitablemente nuestra atención hacia la dimensión cooperativa del mismo. ¿Qué resultados obtendrá a través de la relación con otros alumnos? ¿Es posible un aprendizaje de este tipo con estos medios?
El avance de las nuevas tecnologías en materia de redes de comunicación ha propiciado la aparición de campus virtuales de aprendizaje a través de los cuales cualquier alumno puede “saciar” sus necesidades de formación mediante el desarrollo de una actividad educativa no sólo autónoma sino también compartida, a través de distintos canales como chat, foros, videoconferencias...
Investigaciones realizadas por Crook (1998) afirman que por medio de los canales utilizados para el aprendizaje colaborativo (foros, correo electrónico) se pueden lograr resultados bastante satisfactorios en la formación de los alumnos. Esto es posible si se activa alguna de estas tres técnicas colaborativas:
1. Articulación: a través de la cual el desarrollo de un planteamiento en un espacio al que puede acceder una comunidad de personas puede ayudar a interiorizar o estructurar conocimientos a compañeros que no los tenía bien asentados.
2. Conflicto: basándose en el principio del conflicto de Piaget, afirma que únicamente una persona activará sus mecanismos de “replanteamiento” si hay otra que esté contradiciendo sus palabras o acciones.
3. Cooperación: Es otro mecanismo de colaboración en el lenguaje es considerado como una actividad social a través de la cual es posible la construcción social del conocimiento.
Desde esta perspectiva, estamos en condiciones de afirmar que la multiplicidad de canales integrados en redes de aprendizaje pueden generar ricas fuentes de información y espacios dinámicos de trabajo, discusión y socialización que vienen a resolver una de las grandes problemáticas de la educación: cómo hacer frente a la diversidad de los alumnos.
En definitiva, haciendo uso de las distintos redes de canales se pueden generar ambientes colaborativos que propician a los estudiantes más poder y responsabilidad, y la oportunidad de aprender a desarrollar sus propios métodos de trabajo (construcción autónoma o entre pares) para alcanzar sus objetivos y metas.
BIBLIOGRAFÍA
Cabero Almenara, J. y Martínez Sánchez, F. (1995). Nuevos canales de comunicación en enseñanza. Madrid: Centro de estudios Ramón Areces
Crook, J. (2000). Ordenadores y aprendizaje colaborativo. Madrid: Morata
Fainholc, B. (1999). La interactividad en la educación a distancia. Buenos Aires: Paidos.
García Aretio. L. (2001). Educación a distancia. De la teoría a la práctica. Barcelona: Ariel.
Garrison, D. Y Bayton, M. (1987). Beyond independence in Distance education. The concept of control. American journal of distance education, 3, 3:15
Mc Fadden, T. <
Moles, A. (1976). Teoría de la información y percepción estética. Madrid: Jucar
Pérez Martínez, J. (1994). Apuntes de la sociedad interactiva. Madrid: FUNDESCO- UIMP.
Juan José Almenara Casas
moguer1@ya.com
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